sábado, 23 de junio de 2007

Secuencia III

Su cara era de auténtico miedo, se podía adivinar en cada poro de su piel. Renee veía pasar frente a si la historia de su vida, rápida y veloz, más de lo que ella misma era capaz de asimilar.

Marcos giró bruscamente el volante y su coche fue a parar fuera de la carretera, intentó frenar, pero uno de los múltiples arboles que cercaban el curso de la carretera le hizo frenar antes de tiempo, al chocar con él.

Durante unos interminables segundos todo fue oscuridad, una oscuridad húmeda y temerosa que impregnaba a Marcos, intentaba ver a Renee, sentirla, pero nada había en aquella eterna oscuridad.

Una luz inundó la oscuridad y comenzó de nuevo a ver, Marcos abrió los ojos lentamente y solo pudo ver la carretera, la furgoneta estaba parada en ella, una silueta completaba la imagen, un hombre junto a la furgoneta miraba impasible lo que él mismo había provocado.

El cuerpo de Marcos no encontraba las fuerzas para moverse, y un solo pensamiento torturaba su mente: "Renee, ¿donde esta Renee?, ¿como está?"

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